sábado, 15 de marzo de 2014

Un alto en el camino


Hacer un alta en el camino es obligatorio para retomar fuerzas. Lástima que no siempre podamos programar estas paradas, y me refiero cuando el camino es el de la vida, donde los acontecimientos nos golpean a veces de forma brutal. Entonces, repentinamente, necesitas respirar y pensar.

Si la vida fuera como un viaje programado donde las etapas han sido estudiadas previamente las metas se alcanzarían sin sorpresas, pero bastante tediosa para espíritus aventureros.

Ahora estoy parada aquí, en el medio de la nada, haciendo un alto en el camino.

En mis anteriores escritos hablaba del amor, hoy del sufrimiento.

En el medio de la nada, tan sólo con un gato en mi cabeza.