jueves, 6 de agosto de 2009

Agosto, ya

Ya estamos en agosto y seguimos esperando que el verano asome la nariz por el horizonte. Y no es porque una sea una loca entusiasta de la playa, pero verla tan cerca y tan llenita de lluvia, como poco, entristece. Dicen que este fin de semana. A ver si es cierto. Porque tengo unas ganas locas de quitarme de la cabeza este invierno, en el que se concentraron las vivencias de veinte inviernos por lo menos. Diría que me siento veinte años más vieja.

Está claro: necesito luz solar para quitar estas telarañas de penas y ponerme en marcha, porque antes de que me vaya a dar cuenta puede empezar el nuevo curso y es necesario que me encuengtre fuerte y con ganas. Aunque dar clase retroalimenta cada día a base de risas y descubrimientos. Bueno, por lo visto no sólo me falta el sol, me faltan también los niños.

Mientras me daré una vueltita por el monasterio para ver a mis cachorros.

sábado, 25 de abril de 2009

El amor le salvó

Un amor, aunque sea imposible, es una razón más que suficiente para mantenerse vivo.
Troy se salvó: venció a la enfermedad y feliz contempla a quien tanto admira, sin esperanza alguna de ser correspondido. Al menos sabe que no tiene otro rival, que lo desprecia porque, altiva, rechaza a cualquier macho que se le acerque.

Hay veces, sin embargo, que la pena y el dolor es tan fuerte que nos anula totalmente y todo empieza a carecer de significado. A veces se llega a remontar esta situación. No siempre, desgraciadamente. Como le pasó a Antucho al ver morir prematuramente a su amado hijo. La despedida le sorprendió cuando estaba ya sin fuerzas, y ese sufrimiento puso fin a su existencia.

En menos de dos meses nos dejaron solos. Hoy puedo empezar a afrontarlo, a darme cuenta que ya no puedo verles, ni mandarles un correo o siquiera una llamada. Que pasó el día de San Jorge y no tenía a quien felicitar. Hoy puedo volver a escribir. Gracias al amor . Pero eso queda para otro día.

martes, 24 de marzo de 2009

Buena suerte, pequeñina


Hace ya quince días que vendieron a mi dulce Tambre, pero me resistía a contarlo. Igual que me resisto a volver por el monasterio sabiendo que no viene la más alegre y buena a recibirme.
A veces, en la vida, no queda más remedio que decir adiós y buena suerte, sobre todo cuando es por el bien de uno de los que se despide. Pero duele. Algunas veces duele mucho, muchísimo, duele físicamente.
Hablaba de eso hoy con mi amigo Juanje, proveedor especial de kleenex, chocolates y palabras cariñosas. No sé como siendo tan joven aprendió que cuando alguien está triste, muy triste, se interna en una nube en la que no se oyen los consejos, pero se saborea el chocolate y tranquilizan los abrazos de cariño.
Tambre, mi pequeña, que te colmen de abrazos en tu nuevo hogar, y a mí y a Juanje también, y a todos los amigos que leyeron esta historia.

sábado, 28 de febrero de 2009

línfinito

Sempre caro mi fu quest'ermo colle,e questa siepe, che da tanta partedell'ultimo orizzonte il guardo esclude.Ma sedendo e mirando, interminatispazi di là da quella, e sovrumanisilenzi, e profondissima quïeteio nel pensier mi fingo, ove per pocoil cor non si spaura. E come il ventoodo stormir tra queste piante, io quelloinfinito silenzio a questa vocevo comparando: e mi sovvien l'eterno,e le morte stagioni, e la presentee viva, e il suon di lei. Così tra questaimmensità s'annega il pensier mio:e il naufragar m'è dolce in questo mare.

Testo tratto dalla "Letteratura italiana: testi e critica con lineamenti di storia letteraria", vol. 3, di Mario Pazzaglia. Ed. ZanichelliPrima edizione, marzo 1979.


Siempre caro me fue este yermo cerro y esta espesura, que de tanta parte del último horizonte el ver impide. Mas sentado y mirando, interminables espacios a su extremo, y sobrehumanos silencios, y hondísimas quietudes imagino en mi mente; hasta que casi el pecho se estremece. Y cuando el viento oigo crujir entre el ramaje, yo ese infinito silencio a este susurro voy comparando: y en lo eterno pienso, y en la edad que ya ha muerto y la presente y viva, y en su voz. Así entre esta inmensidad mi pensamiento se anega: y el naufragar en este mar me es dulce.

martes, 17 de febrero de 2009

Para mi sobrina Candela



La historia de un koala conmueve a Australia tras los incendios
Una historia de amor entre dos koalas que fueron rescatados de los mortales incendios en Australia con quemaduras graves ha conmovido al país tras días de devastación y la pérdida de más de 180 vidas.
La historia de Sam y su nuevo novio Bob salió a la luz después de que el bombero voluntario Dave Tree usara un teléfono móvil para grabar el rescate de la desconcertada y asustada koala, hallada con quemaduras en un bosque incendiado en Mirboo North, a 150 kilómetros al sureste de Melbourne.
Las fotos y el vídeo de Tree, de 44 años, lo muestran acercándose lentamente a Sam, hablándole amablemente y dándole agua de una botella de plástico mientras ella coloca su pata quemada en la mano del hombre.
Pero fue al llegar a un refugio salvaje cuando Sam conoció y se hizo amiga de Bob, que fue rescatado el viernes en Boolarra, a unos 180 kilómetros de Melbourne.
Tree, que es bombero voluntario desde hace 26 años, dijo que era muy extraño acercarse tanto a un koala, y por eso pidió a su colega Brayden Groen que lo grabara.
"Se puede ver cómo se frena, se acerca a mí y me mira. Fue una mirada como diciendo 'no puedo correr, estoy débil y dolorida, ayúdame por favor'", dijo Tree.
HISTORIA DE AMOR INSPIRADORA
Sam fue trasladada al refugio Southern Ash Wildlife en Rawson. Su historia es similar a la del koala Lucky, que sobrevivió a los incendios que en 2003 destruyeron alrededor de 500 casas y dejaron cuatro muertos en la capital, Canberra. Lucky se convirtió en un símbolo de esperanza.
Colleen Wood, miembro del refugio que cuida a Sam y Bob, dijo que ambos koalas estaban en buenas condiciones, y que otros animales como zarigüeyas y canguros también habían comenzado a emerger de entre los escombros dejados por el fuego.
Wood explicó que Sam sufrió quemaduras de segundo grado en las patas y que su recuperación llevaría de siete a ocho meses. Bob, por su parte, tiene tres patas con quemaduras de tercer grado y debería poder volver a su hábitat natural dentro de cuatro meses.
"Están todo el tiempo abrazándose. Se han hecho muy amigos y es algo muy bonito de ver después de todo lo que ha pasado. Fue horrible", dijo Wood.

sábado, 7 de febrero de 2009

Troy, a menudo me recuerdas a alguien


Confía en que el amor pueda vencer a la muerte, y su decisión y su terquedad no encuentran otra manera distinta que seguir amando para soportar el dolor de no estar con ella. Y lo comprende mucho después : "El amor es un estado de gracia que no es un medio para nada, sino un origen y un fin en sí mismo".
Gabriel García Márquez

lunes, 2 de febrero de 2009

Sólo pienso en tí

Llegó en el mes de diciembre y tuvo que habituarse al cambio de clima y de compañeros, algo que le resultó más fcil de lo que en principio parecía. Él, conn su madurez recién estrenada, no se había encontrado nunca en una situación así: absorto y con un pensamiento único durante todo el día y toda la noche. Él no lo sabe, pero se ha enamorado hasta las trancas. No lo pudo evitar, ni quiso, fué un amor a primera vista, y no es para menos. Ella es una joven expectacular, la más hermosa y bella que él pudiera imaginar, con ese caminar elegante, su pelo claro, su carácter decidido que hace que todos la imiten y la erijan como líder.

¡Cómo esperar que se fijara en él! Sólo podía contentarse con estar sentado a su lado algunos ratos, ya que si en alguna ocasión intentaba otro tipo de acercamiento recibía de ella toda suerte de desprecios.

Lo peor era por la noche, cuando los separaban. Para poder verla, él ni entraba en su caseta, permanecía fuera bajo la lluvia y la nieve y así contemplar a su amada Heidi. Llegó incluso a perder el interés por alimentarse.

Try tuvo la suerte que su amor fuese observado por el monje que los cuida, quien al abservar que no comía llamó asustado al veterinario. El estar bajo la nieve le causó una neumonía.

Ahora Troy se recupera dentro del claustro del monasterio, donde resuenan sus aullidos de pena llamando a Heidi. Ella, su única razón de existir, y ahora no puede verla.

¿Qué queréis que os diga? A mí me encantaría que se enamoraran de mí de esa manera, pero tal vez mi karma sea ser una enamorada no correspondida como Troy.

viernes, 30 de enero de 2009

La dulce Tambre


En mi piso no me dejan tener perros, si no nunca dejaría que vendieran a Tambre. ¿Qué haríais para convencerlos?

Da Maristela


Da Maristela es el Afijo (algo así como el apellido o sello de calidad) con el que crían perros los monjes del Monasterio de Santa María de Sobrado. Crían mastines del pirineo, raza española del grupo II según la F.C.I.

Su primer mastín se lo regaló el Rey Juan Carlos I, y desde entonces, yo les he ayudado en los partos y cuidados de los cachorros, con un entusiasmo y celo que hace que los sienta como míos.

Esta es la última camada, dos machos y una hembra, Lucas, Yaky y Tambre. Le puse de nombre Tambre a la hembra porque es el nombre del río que nace junto al monasterio. Ayer me comunicaron que hay un comprador para la hembra (qué triste me pongo), así que mañana iré a hacerles más fotos y a convencerlos de que no vendan a mi gordita.

miércoles, 28 de enero de 2009

Todo empezó...

Todo empezó con mi amigo Néstor, aunque no es el único culpable. La verdad es que yo me dejo liar fácilmente.

Todo empezó con mis ganas de hablar de mis cachorros, de Tambre, Yaky y Lucas da Maristela.

Aunque el gran protagonista sea mi gato Mío (Meu, para muchos) que tiene la graciosa costumbre de dormir en mi cabeza. La verdad que cuando pesaba 400 gramos le consentía todo, pero ahora, con sus más de tres kilos, esa graciosa costumbre me acarrea cefaleas. Néstor dice que es una costumbre muy oriental andar con ungato en la cabeza, que allí quien no tiene un gato se pone un turbante. Y es que Néstor es un profesor sin aspirinas, pero con todas las respuestas.