sábado, 25 de abril de 2009

El amor le salvó

Un amor, aunque sea imposible, es una razón más que suficiente para mantenerse vivo.
Troy se salvó: venció a la enfermedad y feliz contempla a quien tanto admira, sin esperanza alguna de ser correspondido. Al menos sabe que no tiene otro rival, que lo desprecia porque, altiva, rechaza a cualquier macho que se le acerque.

Hay veces, sin embargo, que la pena y el dolor es tan fuerte que nos anula totalmente y todo empieza a carecer de significado. A veces se llega a remontar esta situación. No siempre, desgraciadamente. Como le pasó a Antucho al ver morir prematuramente a su amado hijo. La despedida le sorprendió cuando estaba ya sin fuerzas, y ese sufrimiento puso fin a su existencia.

En menos de dos meses nos dejaron solos. Hoy puedo empezar a afrontarlo, a darme cuenta que ya no puedo verles, ni mandarles un correo o siquiera una llamada. Que pasó el día de San Jorge y no tenía a quien felicitar. Hoy puedo volver a escribir. Gracias al amor . Pero eso queda para otro día.

3 comentarios:

  1. No sabes lo que me alegra leerte en el blog y encima para decir que Troy está bien. La Divina providencia va más allá de las esperanzas y las confianzas... :)

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  2. Ejem... (esto te lo explico por teléfono)

    En el mundo real las personas se mueven únicamente por lo que más desean, aunque eso signifique la muerte en vida...

    precioso relato Li...Un beso

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  3. Mientras leo, veo a mi pequeña hija tratando de enseñarle a nuestro cachorro, algunas habilidades, y creo, después de leerte, que no dimensiono adecuadamente lo feliz que soy...
    Gracias Li, por alquimizar mi existencia.
    Bicos e apertas

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