martes, 24 de marzo de 2009

Buena suerte, pequeñina


Hace ya quince días que vendieron a mi dulce Tambre, pero me resistía a contarlo. Igual que me resisto a volver por el monasterio sabiendo que no viene la más alegre y buena a recibirme.
A veces, en la vida, no queda más remedio que decir adiós y buena suerte, sobre todo cuando es por el bien de uno de los que se despide. Pero duele. Algunas veces duele mucho, muchísimo, duele físicamente.
Hablaba de eso hoy con mi amigo Juanje, proveedor especial de kleenex, chocolates y palabras cariñosas. No sé como siendo tan joven aprendió que cuando alguien está triste, muy triste, se interna en una nube en la que no se oyen los consejos, pero se saborea el chocolate y tranquilizan los abrazos de cariño.
Tambre, mi pequeña, que te colmen de abrazos en tu nuevo hogar, y a mí y a Juanje también, y a todos los amigos que leyeron esta historia.

4 comentarios:

  1. Decía el manual del mesias:
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    No te dejes abatir por las despedidas.
    Son indispensables como
    preparación para el reencuentro.
    Y es seguro que
    los amigos se reencontrarán,
    después de algunos momentos
    de todo un ciclo vital.

    Tu ignorancia es directamente proporcional
    a la medida en que crees en la injusticia
    y la tragedia
    Lo que la oruga interpreta
    como el fin del mundo es lo que su dueño denomina mariposa.
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    A veces nos cuesta desprendernos de la tristeza, por el consuelo que encontramos en ella. Por esa nube que parece que nos aisla de lo que nos desagrada afrontar.

    Otra frase del mismo manual dice:

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    Todos los seres,
    todos los acontecimientos
    de tu vida estan ahí
    porque tu los has convocado.
    De ti depende
    lo que resuelvas hacer con ellos.
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    ¿Qué deseamos hacer con lo que hemos atraido hacia nosotros? Compleja pregunta... ya que nada es totalmente aceptable y rechazable. Además lo que tomamos nunca termina por presentar una presencia estable... aveces es ocioso otra encantador... ¿Que hacer?

    Por lo pronto animarse y afrontar lo que nos trae la vida con ganas de aprender y superación. ÁNIMOOOO :_)

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  2. ¿Todo está ahí porque yo lo convoqué?
    ¿Yo convoqué un navajazo por la espalda? Un navajazo produce dolor, además de tristeza.A lo mejor se me rompieron definitivamente las alas y no puedo ser mariposa.

    No puedo llamar malvado a ningún ser humano, n echarle la culpa de haberle entregado mi amistad. Pero no quiero poner la mejilla por cuarta vez.

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  3. Con chocolate y gominolas todo pasa mejor, con risas sinceras se olvidan los problemas, con el tiempo se cierran heridas, con la cabeza mirando al cielo se anda el camino...

    Un besazo Li y gracias por este honor...Se te quiere un mundo (Aunque te me hernies en la playa) :D

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